La crisis de la pandemia ha dado nuevos aires a la renta básica universal. Muchos gobiernos consideran su posibilidad o variantes parecidas para una situación excepcional.
La espera se puede acortar, o incluso cubrir por completo, con una renta básica local basada, en el barrio de la ciudad o en los pueblos si estos se plantean la ayuda a las personas sin ingresos como una solución comunitaria:
Darles lo necesario para vivir, en moneda o productos, a cambio de trabajos, servicios comunitarios o producción de alimentos que cubran las deficiencias de la comunidad.
Una ventaja para los vecinos y ellos mismos sin la intervención del estado.
La Renta Básica Local puede complementarse perfectamente con una renta básica estatal si se percibe en especie porque no contabilizará como ingreso.