La Defensora del Pueblo no descarta actuar de oficio contra Pedraz por criticar a los políticos – RTVE.es

Es sorprendente que la Defensora del pueblo se pronuncie contra una decisión judicial que defiende derechos fundamentales de los ciudadanos y calle mientras estos se violan en las calles a golpes e irrupciones contra derecho amparadas en derechos fundamentales como el de reunión.

¿Porqué no dice nada de las críticas a la actuación policial?.

Deberemos concluir que quien paga manda y su actuación carece de la independencia que precisamos los ciudadanos. Tomemos nota para el Proceso Constituyente, esta figura está mal definida.

La Defensora del Pueblo no descarta actuar de oficio contra Pedraz por criticar a los políticos – RTVE.es.

Es sorprendente que la Defensora del pueblo se pronuncie contra una decisión judial que defiende derechos fundamentales de los ciudadanos y calle mientras estos se violan en las calles a golpes e irrupciones contra derecho amparadas en derechos fundamentales como el de reunión.

Declaremos el Fin de la Legislatura

  1. Hasta hace muy poco cualquier español o residente tenía derecho a recibir atención sanitaria gratuita.
  2. Hasta hace muy poco ningún proveedor de servicios podía subir sus tarifas por encima del IPC
  3. Etapa ConstituyenteHasta hace muy poco teníamos derecho constitucional a tener un techo.
  4. Hasta hace muy poco era importante la enseñanza
  5. Hasta hace muy poco teníamos derecho de reunión, manifestación y huelga.
  6. Hasta hace muy poco existía algo que era referencia en disputas laborales. Las normas, convenios y demás regulaciones laborales.
  7. Hasta hace muy poco todos eramos iguales ante hacienda
  8. Hasta hace muy poco teníamos unos defectuosos derechos democráticos que ejercíamos puntualmente.
  9. Hasta hace muy poco teníamos futuro y solo van quedando ruinas
  10. Hasta hace muy poco teníamos unos políticos corruptos

Pero a estos últimos los seguimos teniendo cuando todo lo demás no, o está en un estado muy degradado.

En situaciones excepcionales el pueblo tiene la palabra por encima de sus teóricos representantes, especialmente cuando estos se han vuelto violentamente contra los ciudadanos. No hay ningún motivo para esperar cuatro años.

Tengo derecho a declarar el fin de la legislatura. Quizás a mi solo no me hagan caso, pero si nos ponemos de acuerdo la legislatura se ha acabado.

Abramos una Etapa Constituyente disolviendo el Parlamento.

Para definir nuestro futuro es mejor parar los pies a quienes lo destruyen aceleradamente.

La rebelión de los ciudadanos contra la «casta» política

No es una utopía, ni un sueño, sino una realidad en crecimiento y ya visible. Lo que ocurre es que muchos están tan manipulados y confundidos por el poder que han perdido la visión. Los ciudadanos se están rebelando contra los políticos… y los políticos lo saben. Y están tan preocupados que estrechan filas, se hacen corporativos y han decidido unirse para defenderse. El enemigo, para muchos de ellos, somo los ciudadanos. La democracia ya no existe y ha sido sustituida por la indecencia.

La rebelión de los ciudadanos contra la «casta» política

Los ciudadanos rechazan el poder político en las democracias occidentales de muchas maneras. Una de ellas es votando contra lo que desea y propone la clase política que gobierna. Contra el Tratado de Maastricht votó nada menos que el 50.7 por ciento del electorado danés, en junio de 1992. Francia rechazó el mismo tratado, meses después, con un 49 por ciento de los votos. Pocos meses más tarde, los ciudadanos suizos se enfrentaron a sus élites políticas y se opusieron en referéndum a estrechar los lazos con la Unión Europea. En Italia, los plebiscitos de abril de 1993 demostraron que nada menos que el 82 por ciento exigía cambios radicales en el sistema electoral diseñado por los políticos. En Canadá, cerca del 55 por ciento de los votantes rechazaron el acuerdo constitucional de Charlottetown, a pesar de que era apoyado por todos los presidentes provinciales y por los tres mayores partidos del país. Más tarde, la nueva Constitución Europea, diseñada por políticos con alardes de éxito y apoyada por los parlamentos y gobiernos, fue rechazada por la mayoría de los electorados de Francia y Holanda, demostrando que el divorcio entre políticos y ciudadanos era ya alarmante y escandaloso.

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